Templos y Políticas

30.08.2016 13:33

Es curioso como una simple creencia lleva a las personas a acudir a reuniones y permanecer allí escuchando palabras repetidas saliendo de labios extraños, una y otra vez, que al fin y al cabo solo reflejan las necesidades, las deficiencias comunes y el deseo de mejorar que habita en el interior de todos, sin excepción alguna; colocando por completo el compendio de esperanzas en cánticos que les permitan sentirse un poco menos miserables, un poco menos desdichados, de manera tal que puedan sentir el apoyo que no encuentran en los seres queridos que los rodean en manos de extraños, que sólo evalúan lo que ven y no lo que son; destruyendo así los principios propios, imponiendo ideales y palabras, hablando de almas que no conocen, creyéndose en la posición y el nivel necesario para establecer caminos correctos, basados en testimonios "divinos" y aún así decir que pertenecer a una religión que impone límites, pensamientos y condiciones a quienes los siguen no es un tipo de política. 

Las personas poseen libre albedrío, lo cual no sólo es cierto, sino que también forma parte de esos “argumentos celestiales”, pero aunque sea inconscientemente siempre eligen seguir algo o alguien; el detalle está en creer lo que mejor le parezca a cada quién, pero sin invadir, retar, condenar ni pasar por encima de otros sólo porque tu religión es distinta, a fin de cuentas todos venimos e iremos al mismo lugar, en líneas de tiempo diferentes y circunstancias inadvertidas.